
Atrás quedaron los tiempos de su chupete y su tuto, compañeros inseparables que hoy son reemplazados por sus tareas y ansias por leer y escribir.
Este fue un día de nostalgia. De no querer borrar jamás de mi mente esa sensación que me daba verla acurrucada, sensible y dependiente, buscando cobijo, cariño, calor, seguridad y su sueño.
¡Qué gusto poder recordar su olor!
¡Su cuerpecito pequeño que era tan fácil de acurrucar entre mis brazos!
6 comentarios:
Qué bien describes los lazos que nos amarran de por vida a ellos, la dependencia pasa a ser nuestra cuando dejan el nido vacío...
Capturaste en tu corazón su pose, que permanecerá siempre como en ese instante.
Nosotros la disfrutamos, Marcela.
Gracias por tu comentario Ana, gracias por tu cariño.
Dentro de unos años, de todos los años, y ella sea independiente, seguirá dependiendo de ti.
El cordón que os unió desde el primer segundo del primer principio nunca se romperá.
Seguirá necesitando tu cariño, tu ayuda, tus consejos....siempre te necesitará.
Y llenará tu vida con su vida…….
haces unos dibujos y acuarelas muy buenos, Marcela : )
Un dibujo muy bonito, lleno de sensibilidad y belleza, como tus pensamientos. Un saludo
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