La acuarela me permite llegar al color, llegar a la transparencia y tratar desde allí plasmar lo que a mis ojos cautiva.
El agua dibuja,el pigmento da vida.
Es magia, es un instante congelado en la retina.

Limonero


Este limonero es especial, lo comencé en el norte y lo terminé en el sur.
Va a ser para siempre la marca del comienzo de una nueva vida, de una nueva manera de enfrentar las cosas.
Es como una Transmutación.

El Sur.


¿Será posible el Sur, será posible? es una canción antigua de Mercedes Sosa.
Hoy para mí ha sido posible.
Estas acuarelas son las últimas que he podido hacer, robándole el tiempo a la cocina y a la sozobra de las tardes de fin de semana.
Es como si respirara lo que veo, el aire y la vista en uno solo, se maravilla uno de otro, los percibo por los poros, los ojos se me hacen poco, lo quiero ver todo más allá, lo que ocultan las piedras, lo que la sombra no me muestra. Es imposible quedar sin conmoverse a la maravilla, a la naturaleza en su esplendor, en su magnificencia, en su absoluto poder.
Claro, mis acuarelas no lo reflejan. Pero ya lo harán. Ya lo harán. Y mi Sur se hará posible una vez más.