
Ventanas, ventanillas, ventanitas.
En mi Taller tengo una ventana, miro el horizonte.
Es una ventana muy particular, porque se ve de todo y no deja ver nada.
Mira al verde intenso, luego a la primavera.
Llega a veces algún queltehue, se asoman mis perritos, y puedo ver mi huerto.
Es la ventana que más quiero de mi casa.
¿Se pueden querer las ventanas? Si. Yo quiero a mi ventana.
He decidido abrir mi ventana.
No sé si será una buena idea, pero he aprendido que en esta vida, no recuerdo en otras, hay que atreverse para crecer.
Y para qué estamos acá si no es para crecer. O tratar de hacerlo.
Este va a ser mi rincón, mi ventana al mundo.
Y puede ser una interesante mirada desde afuera a mí misma.
Mis intentos, mis fugas.
2 comentarios:
He suprimido mi propio comentario de forma involuntaria, solo quería poner mi nombre y se borró todo.
Bueno, pues te decía que me ha dado alegría ver que te habias decidido a hacerte un blog, porque me gusta leerte y ver tus trabajos, así que Felicidades!
Publicar un comentario