La acuarela me permite llegar al color, llegar a la transparencia y tratar desde allí plasmar lo que a mis ojos cautiva.
El agua dibuja,el pigmento da vida.
Es magia, es un instante congelado en la retina.

Fileteando el Salmón.

En una de las riveras del Río Maullín, justo donde nace en el Lago Llanquihue se encuentra la caleta, lugar que los pescadores han hecho suyo, en su diaria aventura de ir tras el preciado Salmón. . Se les ve, caído el ocaso, arreglar sus redes, sus botes, su comida, la que hará más llevadera la noche, muchas con lluvia, otras con heladas, otras mansas y estrelladas, pero las que más con el eterno viento compañero, que traiciona, que les impacienta el alma, al que desafían y el que les surca el rostro de vuelta, del que saben gusta cobrar vidas en sus noches majaderas, para llevarlos consigo junto a la quietud de la mañana que despierta.
Es aquí donde se les ve llegar temprano por la mañana, y con la alegría de una jornada terminada se les vemos fileteando el salmón. Con la sonrisa de la satisfacción y el cansancio lo venden a todos los que esperamos en la rivera, sin reparar acaso de lo que costó el que llegara a nuestras manos.

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