La acuarela me permite llegar al color, llegar a la transparencia y tratar desde allí plasmar lo que a mis ojos cautiva.
El agua dibuja,el pigmento da vida.
Es magia, es un instante congelado en la retina.

Mis experimentos


Estoy obsesionada con mis retratos.
Ahora descubrí la acuarela.
La meta, retratos en acuarela. Obvio.
Ha sido un proceso gratificante, a la vez que he podido manejar un poquito mejor el lápiz viene de la mano un proceso de salida.
Salida al mundo, mostrar, comentar. Estar abierto a los errores.
Es como un trabajo de humanización. A uno no le gusta ser regular o deficiente en algo. Quizás es mi cultura, pero hasta ahora no toleraba que me pusieran en la arena de gladiadores, porque por supuesto sería muerta de inmediato.
Por esto, es todo un logro mostrarse sabiendo que te falta mucho, pero es enaltecedor, mostrarse sin pretensión. Es interesante que a medida que uno se desprende, también aprende.


Ventanas, ventanillas, ventanitas.

En mi Taller tengo una ventana, miro el horizonte.
Es una ventana muy particular, porque se ve de todo y no deja ver nada.
Mira al verde intenso, luego a la primavera.
Llega a veces algún queltehue, se asoman mis perritos, y puedo ver mi huerto.
Es la ventana que más quiero de mi casa.
¿Se pueden querer las ventanas? Si. Yo quiero a mi ventana.
He decidido abrir mi ventana.
No sé si será una buena idea, pero he aprendido que en esta vida, no recuerdo en otras, hay que atreverse para crecer.
Y para qué estamos acá si no es para crecer. O tratar de hacerlo.
Este va a ser mi rincón, mi ventana al mundo.
Y puede ser una interesante mirada desde afuera a mí misma.
Mis intentos, mis fugas.