La oveja.
Cuando se pudo por fin acercar, no sé a cúal de las dos le latía más aprisa el corazón... me temo que a la oveja.
Pero la experiencia de tocarla, fue impactante. El olor fue pregnante. El resto del día, a todo le encontraba olor a oveja.
Pero creo que lejos lo que más le ha costado a la fecha es que las ovejas huyen cuando nos ven, son tan tontas y asustadizas!!! A ella le cuesta que no la quieran. Es una nueva experiencia.
No a todo al que amamos, nos corresponde del mismo modo. O no por no evidenciar la respuesta que esperamos, nos aman menos...
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2 comentarios:
Que hermoso Marcela como trasmites el amor que sientes por tu pequeña niña y que afortunada eres al tener el don para plasmarla y para plasmar diminutos momentos que van creando la vida de ambas. Es muy cierto lo que planteas a propósito de la oveja y del amor ¡tanto que aprender de la naturaleza y los animales!
Un saludo cordial!
Marcela, no me permite acceder con mi perfil de siempre. Mi enlace principal lo conoces pero igualmente lo dejo:
http://www.lacalarealidadyficcion.
blogspot.com
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