Mi abuela era una mujer muy especial.
Me gustó dibujarla, recordar su mirada, su expresión que no sabía bien si era altanera, soberbia o simplemente se escondía tras la rigidez para poder sobrevivir y sobrellevar tanto dolor acumulado en su vida. No se permitía algunas cosas. No le gustaba reir, no le gustaba que nada saliera de control, sin embargo era simpática y dulce.Se emocionaba por todo, sus ojos cristalinos siempre estaban llorosos.
Mirando sus ojos en mi dibujo me he llenado de nuevos sentimientos y preguntas sobre ella.
Esta es mi abuela Aida.